Si me preguntas qué cosas son mis preferidas en la vida necesitaría muchos días para conformar una lista. Mejor dicho...qué estupido sería hacer una lista. Prefiero todo lo rico y con sabor a chocolate a lo absurdo. Prefiero volver a rondar por todos los cafés de Madrid en una tarde enorme de lluvia y aplastarnos para caber debajo del mismo paraguas. Acabar totalmente empapada, y que me dé igual. Esas son mis cosas preferidas. Estar en un café con los sillones rojos y con señoritos que nos miran para ver si deseamos algo. Estar en ese café y hacer un par de fotos, y mirar por la ventana cómo los demás regresan a sus casas corriendo, cobijados, así como las hormigas cuando pegas una pisotada, huyen despavoridas hacia el sentido contrario, sin rumbo, huyen.
Y regresar calada, y que me duela mucho la cabeza de tanto café, y obsesionarme aún más si cabe con todas las palabras de las que hablamos, con todos los objetos, con cubos de rubik rojos, con esos libros a un euro que su dueño deja que se mojen con la lluvia.
4 comentarios:
Merci!
hola.
acabo de encontrar tu blog por casualidad. y me ha encantado mucho.
tienes buen gusto, sin duda !!!
La magia de la lluvia es insuperable.
Publicar un comentario