martes, 4 de mayo de 2010

OBEY.


N. entra en mi habitación y dice: Hace un calor de perros.
Son más de las doce de la noche.
En mi ciudad hace frío, o eso me ha contado mi madre. Frío de carne de pollo, carne que me da asco. De pequeña leí un relato de la serie Pesadillas que hablaba de un hombre que se convertía en pollo y describía su piel de un modo asqueroso.
N. dice que salgamos a dar una vuelta y le respondo que esta ciudad está muerta. En el fondo estoy llena de ansiedad. L. y yo hablamos durante horas en la cena. El euro cae en picado, me ha dicho en italiano. Digamos que ella estudia economía y que sabe de esas cosas. Yes, I'm mad as hell. Una sentencia nos ha llevado a la otra y hemos entrado en un bucle sin salida. Grecia. España. Filete rancio. Inglaterra. Crack del 29. Croquetas con patata hechas por N. con tomate soso. Eyjafjalla. Agua. They live de Carpenter. Mierda. Todo se va a la mierda, digo. Espiral. Marionetas.

6 comentarios:

From the Life and Songs of the Olympian Cowboy dijo...

Esta entrada me hizo pensar que volviste un poco al pesimismo. Quizá deba releerla.

Ra dijo...

Everything goes to hell, que diría Waits.

Mua.

Marcelo Aguafuerte dijo...

mi sono venuti i brividi

R. dijo...

Salva, sí. Vuelvo al pesimismo continua e irrefrenablemente.

R. dijo...

Buena canción, Ra :)
Un saludo.

R. dijo...

Marcelo, anche a me mi vengono i brividi se penso a tutto questo...