domingo, 24 de octubre de 2010

Habrá algo en tu buzón.

Los domingos los muros de la Biblioteca Pública huelen a orín. A orín desgastado en unas paredes cuya pintura ocre se deshincha.
J. tenía un bar, y siempre que discutía con I. éste le reprochaba que él había limpiado los aseos todos los domingos a las 5:30 a.m. cuando el último cliente borracho se dignaba a salir del antro subterráneo.
Para limpiar esos "aseos" sin duda hay que tener un buen par, -pienso- lo mismo que cree I, que respira fuerte pero se mantiene callada a un lado cuando J. le atiza con el argumento mágico que le hace salir de todas las discusiones.
Los domingos las calles del centro huelen a orín viejo. A J. limpiar esos aseos le hace convertirse en un hombre digno de ser respetado.

2 comentarios:

sonia marpez dijo...

Unos hacen historia limpiando aseos y otros contando historias bajo un chaquetón negro.

Miguel Ángel Maya dijo...

...Tú me guiñas (o yo lo siento), yo te guiño...
;-)
...Besos y carantoñas, signorina...