sábado, 9 de abril de 2011



Anoche iba en el autobús hacia la otra punta de la ciudad pensando en después, como siempre últimamente, sólo pienso en después y no me gusta del todo no vivir en el presente, estar siempre volando con mi cabeza a otros lugares y otros sitios, no creo que eso sea del todo bueno. Cuando estuve en casa de S. en madriciembre leí todos los post-it de encima de su cabecera, uno de ellos decía: "no te distraigas demasiado en tus ideas, te perderás un mundo entero". Sólo pude pensar que tenía mucha razón. S. suele tener razón en muchas cosas además de tener un sofá atrapador. Aquel fin de semana en Madriz nos alimentamos de noodles de diferentes sabores y de una tal cerveza italiana. Fue un buen fin de semana.

Ayer iba en el autobús hacia la otra punta de la ciudad pensando en después. Leía la Historia de un idiota contada por él mismo y reconocí un perfil en los primeros asientos del autobús, un perfil familiar. Era el perfil de mi abuela.
-Buenas tardes-, le dije, y me senté con ella. Hice algo así como si fuese una desconocida. Sonrió y charlamos, hablamos de muchas cosas en el trayecto de la Gran Vía mientras las dos señoras con bastón que nos rodeaban escuchaban cada una de nuestras palabras. Intervenían en nuestra conversación y yo las miraba como queriéndolas comprender. El autobús frenó en cualquier semáforo y aproveché esa quietud para estar en silencio observando cómo mi abuela escuchaba a las señoras. Ella asentía y arqueaba las cejas haciendo un gesto raro con los labios. Hubo un instante fugaz en el que vi el rostro de mi padre en el rostro de ella, y aquel pequeño gesto suyo que englobó el gesto de mi padre terminó también por englobarme a mí, cosa que me dijo muchas otras cosas.
Fue entonces cuando me propuse de nuevo volver al presente y escuchar lo que me decía la señora con bastón de la izquierda. Le respondí y arqueé las cejas en un gesto simpático, como queriendo comprender.

1 comentario:

jm dijo...

Me gusta esta entrada.
Por ejemplo, el párrafo segundo sería un excelente comienzo de una novela larga.