martes, 17 de mayo de 2011

Hoy es tu gran debut, tu gran estreno. Nos conocimos en la escuela, tú estuviste enamorada de mí siempre y tu nuevo nombre es Wendy Balsam y escucha, si lo haces bien podrás ser mi amiga, la mejor amiga que nunca tuve.

Oigo hablar de personas que están podridas por dentro aunque muestran una bonita y viva sonrisa.
Veo de nuevo Buffalo 66' y pienso en que quiero ser tan bella como Wendy Balsam en los primeros planos dentro del coche sucio.
Billy también está podrido por dentro, aunque no es de sonreír mucho, más bien diría que no sonríe nada, ni tan siquiera haciéndose esas fotos de carnet en las que pretende fingir que tiene un matrimonio real y feliz.
Me gusta la ironía del personaje de V. Yo me casaría con pocas personas en este mundo, pero si he de desvelar algún nombre, sin duda Vincent estaría en los primeros y únicos puestos.

Me gustan todas estas historias americanas de moteles sucios y parejas imperfectas. Yo también quiero conducir un coche automático muy largo por esas carreteras sin fin y parar a tomar un hot chocolate en algún bar perdido en la nada, en el infinito.

Miré la pantalla y pensé: quiero ser tan bella como Wendy Balsam en esos primeros planos.
También quise ser Nastassja Kinski en París-Texas.

8 comentarios:

Clementine dijo...

Me encantó esa película.
:)

Anónimo dijo...

No soy mitómano. Cuando veo una película, leo un libro, te leo a ti, puedo llegar a identificarme con personajes y situaciones, sin más.
¿No te importaría casarte con Vicent? ¿Convencional?
¿Y Julia R. en Pretty woman?...no me digas que no porque era puta.
G.

R. dijo...

Odio Pretty Woman, de todas formas si en ese momento la protagonista de mi entrada hubiese querido admirar a Julia R. estaría ahí, entre esas líneas. No lo está. Pretty Woman me aburre. Julia R. No me pqrece bella. No soy mitómana, me limito a escribir lo que se le apetece a mi cabeza sobre las cosas a ratos.

Anónimo dijo...

Las condiciones en que se desliza la vida actual hacen a la mayoría de la gente opaca y sin interés. Hoy a casi nadie le ocurre algo digno de ser contado. La generalidad de los hombres nadamos en el océano de la vulgaridad. Ni nuestros amores, ni nuestras aventuras, ni nuestros pensamientos tienen bastante interés para ser comunicados a los demás, a no ser que se exageren y se transformen. La sociedad va uniformando la vida, las ideas, las aspiraciones de todos.
P.B.
M.A.

Anónimo dijo...

Bello texto, niña!

En las letras siempre se es en la otredad y uno es una infinita carretera por la que transitan los sentimientos.

Besos
D.

Miguel dijo...

Lo cierto es que era un coche manual y por eso tuvo que conducir ella :P

R. dijo...

Buen detalle!

MR. dijo...

Me encaaanta!