martes, 13 de marzo de 2012

complicado.

Has venido y te has quedado de pie durante unos minutos. Me he sentado en la cama y he observado tu cinturón en un plano fijo, sin atreverme a levantar la mirada. Después he pasado a examinar con detalle mis manos, el edredón y el vaso de agua. Había un silencio no incómodo, sino doloroso, y por fin he sentido que tenía que levantar mi cabeza en dirección a la tuya.
Creía haber vivido una situación como esta ya.
He sabido mucho antes de que lo dijeras cuál iba a ser tu respuesta. Ibas mirando cada objeto y esquina de la habitación como si fuese la última vez que lo hacías, eras como Greta Garbo en Queen Christina abrazando los muros, intentando guardar para ti todos los buenos momentos, las sonrisas y la música que ya no se oirá nunca más aquí.

1 comentario:

karla dijo...

yo acabo de sentarme también en esa cama que habité en tantos momentos... pero sí que nos hemos mirado a los ojos. A diferencia de lo que creía no ha sido doloroso. He atrapado cada momento vivido entre aquellas cuatro paredes. He cerrado esa puerta y ahora camino entre la soledad pero con una sonrisa en la cara porque sé que la felicidad existe, es momentánea, pero existe...