Salíamos del cine y Annelie sonreía recordándonos lo que aquí sabemos todos: cada día aprendemos algo nuevo de los otros. Hernán y yo explicábamos a A. y a su compañera de piso en nuestro francés provinciano la etimología de philos. Puedo ser muy friki cuando quiero y sí, estudié mucho latín en la Universidad.
Estamos infestándonos de cine aquí. En este país avanzado existe una tarifa plana nacional por 20 euros al mes, y también existe la VO en los cines, lo cual es todo en sí un placer para los oídos y para el bolsillo. Es el sueño de todo cinéphile.
Cuando estoy sentada en la butaca y las luces (por fin) se apagan, siento una especie de cosquilleo en el estómago. Me agarro bien fuerte con las palmas de las manos a los apoyabrazos como si todo mi cuerpo fuese a iniciar un viaje. Me pienso a mí misma en una escena de I sognatori de Bertolucci sentándome en las butacas de delante de la sala para ser una de las primeras a las que les llegue la imagen.
Cuando me meto en la historia siento cosas que uno debe de sentir cuando está enamorado.
Cuando me meto en la historia siento cosas que uno debe de sentir cuando está enamorado.
1 comentario:
Precioso. Y preciosa esa sensación.
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